Ghost Dog (Perro Fantasma) rige su existencia de acuerdo al Hagakure, un texto para guerreros Samurai del siglo 18, escrito por Yamamoto Tsenetomo, un samurai que intentaba sentar precedente de sus virtudes. Estos códigos antiguos, que siglos antes ya trazaban el destino de leales y serviciales soldados de elite, le permiten reflexionar y vivir de acuerdo a las coordenadas orientales que vinculan la lealtad, la reflexión, el honor, el misticismo, la soledad y una mente clara abocada al tiempo presente; pero también su vida está articulada por los derroteros violentos y mafiosos.
Perro Fantasma (Forest Whitaker) es un asesino a sueldo de una frialdad espantosa, que convive con la extrema austeridad, un poco de música, unos cuantos libros y un criadero de palomas mensajeras. Perro fantasma trabaja para Louie, a quien le debe obediencia y lealtad por haber salvado su vida un vez. Louie, a su vez, pertenece a una patética familia mafiosa del estilo de Analízame! liderada por Ray Vargo (Henry Silva) y Sonny Valerio (Cliff.).
Todos en el film parecen hablar el mismo lenguaje, aún cuando no lo hacen literalmente. Gangsters italianos operando en restaurantes chinos, una niña negra de diez años, un vendedor de helados caribeño (Isaach de Bankole) que solo habla francés pero que mantiene con el protagonista (que solo habla ingles) unos diálogos de antología. Esto esta directamente referido al especial y absurdo humor de Jarmusch, en evidencia en casi todas las escenas de este film que, bien vale la aclaración, no es una comedia.
Forest Whitaker nos muestra com es habitual, una gran actuación, solemne, silencioso, su personaje emana una suerte de poder contenido que lo rodea como una nube. Resulta difícil pensar en otro actor para este papel que Whitaker y tal vez se deba a que Jarmush lo escribió pensando en él. Su imperturbable rigidez facial potencia un sesgo atemorizante en los demás. El resto de las actuaciones en general son precisas, con actores desconocidos de nombre, pero reconocibles de aspecto.


Ghost Dog ha sido bien recibida por el público japonés y Frances, lo que puede explicarse parcialmente por la mezcla del estilo cinematográfico de ambos países, especialmente echando el ojo a dos obras de 1967: la francesa Le Samurai, dirigida por Jean-Pierre Melville, con la actuación espléndida de un joven Alain Delon y la oriental Marcado para matar, de Seijun Suzuki.
Ficha Técnica: IMDB
Publicado originalmente en www.tljdigital.com
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