Acostumbrado a los filmes en donde la acción jugaba un papel preponderante -El Ultimo de los Mohicanos, Heat- Mann debió limitarse a un relato sin acción, sin violencia, sin ninguna de las típicas situaciones que aparecen en un thriller hollywoodense. Y sale airoso. El resultado es un complicado drama realista con un admirable y tenso clima de suspenso.
Con los encuadres, la fotografía y el diseño de la banda de sonido a los que Mann nos tiene acostumbrados, consiguió eludir las convenciones hollywoodenses que podrían haber bajado el nivel en una historia como ésta. Además, no olvidemos que Mann es un estupendo director de actores. No sorprenden entonces, Al Pacino (el productor televisivo que consigue la confesión) y Russell Crowe (candidato al Oscar como el ejecutivo arrepentido), ambos actuando en un nivel superior. Sus registros son de un dramatismo riguroso, extremo, pero los dos logran expresar toda la angustia de las situaciones que viven sin caer en la más mínima sobreactuación. La calidad interpretativa abarca a todo el elenco, con un brillante Christopher Plummer en el papel de Mike Wallace, el conductor de "60 minutos". Quizá su duración de dos horas y media es uno de sus pocos puntos débiles, pero fundamentalmente gracias a las actuaciones y a la puesta en escena, la película logra su efecto.
Ficha Técnica: IMDB
Publicado originalmente en www.tljdigital.com
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